domingo, 9 de octubre de 2011

Estrella Dorada


Eran las siete y doce minutos,esperaba en la puerta del Estrella Dorada,bar de encuentros nocturnos con los amigos desde hacía ya casi tres años.Año que recuerda como el mejor de su vida,en el que se graduó,empezó una nueva vida en un pisito cerca del centro y en que apareciste tu.

El año contiguo no fue tan bonito,se distanciaron y aquella llama que estaba encendida se fue apagando poco a poco con la monotonía del momento y de las circunstancias.
Ella fue fuerte y forjó su camino y su vida,alejada de todo ese pasado encantador y agraviado al final de la relación y olvidándonse de todo aquel pasado que le martillaba la cabeza con sentimientos ingratos.

Pero en el último año de este trienio,apareció de nuevo,con un cambio especial,un brillo en sus ojos que le decía que algo en el había cambiado,en cierto modo sus vidas estaban más asentadas,más consolidadas y ambos sentían una seguridad que años atrás les parecía imposible alcanzar.Se dejó barba,cosa impensable en los inicios de su relación,estaba más corpulento y más sosegado,vestía diferente,era otro...indudablemente,pero solo por fuera,quizás su interior seguía igual,como la de un crío de quince años,pero todo estaba por descubrirse...

Una tarde caminando hacía la biblioteca,ella se lo encontró tomando café en el Estrella Dorada,era la primera vez que lo vio sentando en aquel lugar desde el día en que rompieron.
Era su lugar preferido y ella suponía que no se acerba allí por el temor a encontrarse alguna que otra tarde y propiciar quizás un encuentro desagradable y desafortunado.

Ella se quedó perpleja,tenía en sus manos un capuccino cremoso,como siempre,y en la otra un periódico del día,ella sintió curiosidad y se acercó un poco más a la ventana trasera para poder verlo más de cerca,sin que el pudiera verla,pero justo en ese momento giró su cabeza para llamar al camarero y sus ojos se fijaron en los de ella.

Su cara era de asombró,se le notaba,era un hombre muy expresivo, con sus facciones y sus cejas arqueadas.Dejó el periódico encima de la mesa e hizo un gesto con su mano invitándola a entrar.

Ella lo hizo y desde aquella tarde aquella conversación en el Estrella Dorada,les sirvió para darse una quizás,nueva oportunidad.

A las siete y quince minutos exactos apareció el le dio dos besos en las mejillas sonrojadas de ella y hizo la típica y tópica pregunta para romper el hielo,que aunque ya se conocían,siempre quedaba esa tensión propia de los inicios de una relación.

-Hola.
-Hola.-Respondió ella cuidadosamente.
-Estás muy guapa esta tarde.
-Gracias,me he cortado el pelo.
-Lo sabía-se quitó el abrigo antes de entrar-sabía que algo en ti estaba diferente.

Entraron en aquel mítico bar y siguieron con sus charlas nocturnas que duraban horas y horas,aquella tarde no solo de capuccinos vivieron,si no de copas de vino,cena romántica y paradita en el piso de el.

Volvieron a conocerse,volvieron a entenderse,terminaron ese trienio de experiencias inolvidables y comenzaron quizás,la mayor historia de sus vidas,creando senderos y pisando fuerte.


Quería hacer ahora una mención especial a Fergie,muchas gracias por ese premio,pero sobre todo por esas palabras que enorgullecen a cualquiera.Espero que sigas disfrutando de este mundo color azul océano.

2 comentarios:

  1. Por fin le he sacado un huequito a la tarde para pasarme a tomar café por aquí. Un saludo!!

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  2. JJEJEJEJE nena me ha encantadooo parece que estaba ahi como viendo una pelicula....tan romántico como siempre.... ainsss tkk geme

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