martes, 12 de octubre de 2010

Divina obesión

Cómo un alma en celo saliste de la habitación buscándome aquella mañana de primavera del ochenta y seis.

Veías mis muslos y mis carnes prietas y tu manzana gemía con solo notar el palpitar de tu corazón,tu piel erizada sudaba y tu cara te delataba.El autobús no llegaba y tu no parabas de llamarme a gritos sin hablar.

Subiste hasta la tercera planta y en cuánto esa puerta se abrió la cogiste sin pensar en nada ni en nadie,la subiste a tu cintura y la desprendiste de todo aquello que en ese momento no hacía falta,tu también hiciste lo mismo.

Sus besos eran puro fuego y tus caricias parecían paños de terciopelo por su espalda....

-Salí de casa a las ocho y media de la mañana,esto a sido realmente increíble.

-Lo se,pero no serán todos los días,me voy a vivir a París.

Sus pupilas se dilataron y el cigarro cayó al suelo.

-¿Me quieres matar?,sabes que no podré vivir sin ti.

-Si que lo harás,no soy yo a quien necesitas.

-¿A no?.

-No.

-Mentira,estoy enamorado de ti.

-Que va-exhaló el humo-tú estás enamorado de mis besos.

3 comentarios:

  1. Suena parecido, ¿no? :)

    Besos de cristal

    ResponderEliminar
  2. iba yo a preguntar qué diferencia hay :) un besoteeeeeee :))) qué bien suena ese piano :)) muásssssssss

    ResponderEliminar
  3. Genial me ha gustado muhco tu blog. Te sigo. Sigeme porfa

    ResponderEliminar