sábado, 12 de junio de 2010

La voz de su conciencia.

Entró en la habitación con la cara desencajada,le tocó en el brazo y ella volvió la cara hacía su rostro que estaba blanco y ojeroso,ella se levantó de la cama y se quitó la camiseta de lino que se echó encima aquella tarde calurosa,le abrazó fuerte fuerte y el se puso de rodillas dejando caer su cabeza sobre su pecho,llorándole,ella le daba besos en su cabeza y le agarraba como si de un niño se tratase.

Ella le quitó la camiseta manchada de sangre y lo atrajo hasta la cama,allí lo tumbo y le quitó los zapatos y los pantalones,le daba besos por cada resquicio de su cuerpo frío y con las mismas sin dejarle de dar besos se tumbó poniendo su cabeza en el pecho de el.

Le cogió las manos fuerte y lo abrazó hasta dejarle sin respiración,subió su boca hasta su oído.

-A sido lo mejor,no te martilices más.

Su mano tenía sangre que dejaba huella en aquellas sábanas blancas,estaba paralizado,no dijo ni media palabra desde que llegó allí.

-¿He pecado?.

-No,ellos pecaron.

Ella se levantó y le limpió la mano traidora con una pañuelo mojado,le sirvió un vaso de tila y se volvió a acostar junto a él.

-No hacen daño al que matan,si no al que matan estando vivo.

Ese mismo puñal empañaba la cama de sangre,sus ojos se cerraron,ella ya estaba muerta viéndole como moría,se tragó sus palabras.

6 comentarios:

  1. Muy bonito el texto, un placer leerte.
    feliz semana.

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  2. Trágico, sin duda, hermoso, también por supuesto. Un relato desgarrador que nos acerca a la mente del asesino...
    Besos.

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  3. hay no! pobres... aun asi me encanto, que creativo todo eso! muy bonito, sentimental y todo pero muy interesante
    besitos

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  4. Una historia muy intrigante. ¿A quién mató? ella lo apoya contra todo, está claro, aunque creo que en el fondo siente miedo. me gusta :)

    Un beso

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